domingo, 28 de julio de 2013

Retales

No sé si esta es una manía compartida por otros colegas escritores, pero a mí me gusta, mientras escribo, elaborar un documento auxiliar al que denomino «retales».

 Suele suceder que al dar forma a un texto de cierta envergadura los cambios son frecuentes y existen pedacitos que, aunque no encajen en el escrito actual, podrían resultar de utilidad más adelante o incluso formar una entidad totalmente independiente.

Podría calificarse de una suerte de Síndrome de Diógenes literario, y es que son miles las palabras que acaban acumulándose en estos documentos. Muchos de ellos son testimonio de los avances y mejoras de mi prosa.

Con las más recientes reestructuraciones quedó fuera de El constructor de muros un personaje muy especial para mí. Siempre supe que querría trabajar más con él, y ha sido gracias al documento retales que he encontrado material más que suficiente para dar forma a una historia propia. Ahora trabajo en ella de forma paralela y, si las cosas salen como espero, podría convertirse en una secuela de mi primera novela.

Por ahora no quiero preocuparme por la clase de texto que resulte, ni siquiera de la extensión. Procuro escribir y corregir dando sentido a una trama muy sencillita, sin grandes misterios, policías o rompecabezas. Nada más un matrimonio que atraviesa por una cierta crisis, que obliga a sus  miembros a hacer memoria de otros tiempos difíciles y echarle muchas ganas a la situación.

Lo considero casi un pasatiempo, después si sale algo legible puede que lo muestre al mundo :)

Os animo, pues, a conservar esos retales... Uno nunca sabe para qué remiendo le podrían servir.

¡Abrazos!

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