miércoles, 14 de agosto de 2013

41.105 ovejas

Vale, no se trata de ovejas, en realidad. Se trata de palabras... Del número exacto que a día de hoy contiene el manuscrito.

Una cifra que marea, sobre todo de cara a emprender cualquier clase de corrección. Unas pocas... Sí, es sencillo. Pero cuando se trata de una novela de esta dimensión el corrector se encuentra en una suerte de prado lleno de ovejas descarriadas... A todas hay que domarlas y situarlas dentro de la verja. ¡Y son 41.105!

Es difícil, pero resulta excitante porque la novela casi respira. Trasquilones y balidos a parte la tarea me está divirtiendo mucho.

Veremos cuántas quedan al final.

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